Las enfermedades sistémicas como las oculares requieren la RESPONSABILIDAD tanto del médico como del paciente y/o familiar para el cuidado de la salud.
El médico debe proporcionar toda la información posible de su tratamiento, tipo de cirugía, beneficios, riesgos, complicaciones y hasta el último detalle de lo que le podría suceder si se somete o no al tratamiento. El paciente, una vez conocida su enfermedad, debe afrontar y elegir un tratamiento para su patología y adoptarlo con RESPONSABILIDAD para su beneficio propio. El o los familiares que acompañen al paciente deben ser pilares de reforzamiento a que el paciente no abandone el tratamiento para ver resultados de su salud.
Pero como es la cultura latinoamericana; la mayoría de los pacientes REMITEN SU RESPONSABILIDAD al médico ya que por ciertos motivos ABANDONAN EL TRATAMIENTO, NO INTERCONSULTAN AL OTRO ESPECIALISTA, DEJAN PASAR SUS TRATAMIENTOS entre otros casos; haciendo que se retrase su periodo de recuperación y perdiendo así la oportunidad de mantener una excelente visión.
El médico se responsabiliza en darle el diagnóstico y tratamiento adecuado pero el paciente debe responsabilizarse en seguir AL PIE de la letra las indicaciones de su médico para ver mejoría. Los pacientes que no siguen las indicaciones son quienes no han depositado su total confianza con su médico tratante llevándolos a tomar malas decisiones en su seguridad visual.
Es importante QUE LA RELACIÓN MÉDICO PACIENTE se inicie con la entrega de CONFIANZA y de RESPONSABILIDAD MUTUA en querer buscar la recuperación visual.
No hay tratamiento que retorne la visión una vez QUE HAYA LLEGADO LA CEGUERA TOTAL.
Si tiene dudas o comentarios, con gusto les respondemos.
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